Acaba de entrar el aspirante. Va trajeado, como casi todos los gilipollas que van a una entrevista de trabajo. Se acaba de afeitar, se nota. Es feo, como casi todos los tíos. Parece seguro de si mismo.
- Buenos días, siéntese, que para eso tenemos las sillas.
- No me diga, ni me lo imaginaba.
- Muy agudo, cara perro. Veamos, ¿de dónde dice que es?.
- Aún no se lo he dicho. Pero vaya, soy de Novelda ¿la conoce?.
- Claro. Famosa en el mundo entero por no tener polígono industrial, ni cines, ni museos, ni teatros. ¿Pero usted cree que eso le importa a alguien?.
- Sí, por ejemplo en Birmania es asunto de máxima actualidad.
- Ya veo. Oiga ¿cuántos idiomas habla?.
- A la vez sólo uno, como todos. Pero conozco el catalán, el turco, el chino, el búlgaro, el esperanto, el ruso, el sueco, el alemán, el portugués, el finlandés, el mauritano y el húngaro.
- Así que ni una palabra de azerbayano ni vietnamita. Esto es preocupante...
- Sí, es mi punto débil.
- No, si le pego una patada en los huevos verá cuál es su punto débil.
- Será un placer para mí.
- Normal. ¿Fuma usted?.
- Sólo porros, lo demás son cochinadas.
- Igual que yo. ¿Tiene novia, novio o ambas cosas?.
- Ambas cosas, yo es que le pego a todo (de hecho tengo varias denuncias por malos tratos).
- Muy bien lo veo. Permítame que le diga que tal vez le contrate, pero gratis. De esa manera nadie me llamará capitalista de mierda y cosas por el estilo.
- ¡ Qué alegría, estoy en una nube ¡.
- Como le meta un guantazo le bajo rápido al suelo, cara culo.
- Muy amable, ¿me deja darle un beso?.
- No, luego, que ahora estoy trabajando, degenerado. Sigamos, ¿cree usted posible una invasión extraterrestre?.
- Todos los días pienso en ello. Y, en serio, me importa un carajo.
- Tiene usted estilo. Estilo ravalero. Y dígame ¿conoce el valor de la coordenada Y en un gráfico cartesiano de límite vectorial vinculado a la tangente del vector X?.
- Normalmente no, pero a veces sí.
- Estupendo. Y que no me entere yo de que me monta una huelga o le arranco el culo a bocados.
- Bueno, soy un huelguista consumado. He estado en más de 200 huelgas gritando eso de: “Me cago en el patrón y su madre”, “muerte al capital·” y todo eso.
- Están bien sus hobbys, paleto. Estoy pensando en hacerle un contrato de 10 minutos, ¿qué le parece?.
- Bien. Pero hablemos primero de las vacaciones.
- Muy gracioso. Mire, aquí en mi empresa estas son las normas: Por la mañana, cuando llegue, se arrodilla ante mí y recibirá el escupitajo de rigor. A la hora de comer no coma, que luego viene todo eso del colesterol y tal y cual, así que prohibido parar. A las 5 es la hora de los latigazos. Y a las 10 de la noche barra y friegue mi oficina antes de irse. Y el váter también, que últimamente tengo diarrea de las borracheras que trinco y no vea usted. Por cierto, los sábados y domingos también toca. A propósito ¿cómo se llama usted?.
- Puede llamarme Kunta-Kinte si quiere.
- Muy bien, Manolo, le auguro un prometedor futuro.
- ¿ Existe algún uniforme de trabajo?.
- No, aquí se viene en pelotas. No quiero distinciones, todos iguales. El respeto jamás debe perderse.
- ¿Y cuándo empiezo?.
- Ya mismo. A ver, bájese los pantalones que le voy a dar mi más cordial bienvenida.
- ¿Es necesario?.
- Ya te digo, payo.
Malcom Pañero y Kate Kista (2009)
- Buenos días, siéntese, que para eso tenemos las sillas.
- No me diga, ni me lo imaginaba.
- Muy agudo, cara perro. Veamos, ¿de dónde dice que es?.
- Aún no se lo he dicho. Pero vaya, soy de Novelda ¿la conoce?.
- Claro. Famosa en el mundo entero por no tener polígono industrial, ni cines, ni museos, ni teatros. ¿Pero usted cree que eso le importa a alguien?.
- Sí, por ejemplo en Birmania es asunto de máxima actualidad.
- Ya veo. Oiga ¿cuántos idiomas habla?.
- A la vez sólo uno, como todos. Pero conozco el catalán, el turco, el chino, el búlgaro, el esperanto, el ruso, el sueco, el alemán, el portugués, el finlandés, el mauritano y el húngaro.
- Así que ni una palabra de azerbayano ni vietnamita. Esto es preocupante...
- Sí, es mi punto débil.
- No, si le pego una patada en los huevos verá cuál es su punto débil.
- Será un placer para mí.
- Normal. ¿Fuma usted?.
- Sólo porros, lo demás son cochinadas.
- Igual que yo. ¿Tiene novia, novio o ambas cosas?.
- Ambas cosas, yo es que le pego a todo (de hecho tengo varias denuncias por malos tratos).
- Muy bien lo veo. Permítame que le diga que tal vez le contrate, pero gratis. De esa manera nadie me llamará capitalista de mierda y cosas por el estilo.
- ¡ Qué alegría, estoy en una nube ¡.
- Como le meta un guantazo le bajo rápido al suelo, cara culo.
- Muy amable, ¿me deja darle un beso?.
- No, luego, que ahora estoy trabajando, degenerado. Sigamos, ¿cree usted posible una invasión extraterrestre?.
- Todos los días pienso en ello. Y, en serio, me importa un carajo.
- Tiene usted estilo. Estilo ravalero. Y dígame ¿conoce el valor de la coordenada Y en un gráfico cartesiano de límite vectorial vinculado a la tangente del vector X?.
- Normalmente no, pero a veces sí.
- Estupendo. Y que no me entere yo de que me monta una huelga o le arranco el culo a bocados.
- Bueno, soy un huelguista consumado. He estado en más de 200 huelgas gritando eso de: “Me cago en el patrón y su madre”, “muerte al capital·” y todo eso.
- Están bien sus hobbys, paleto. Estoy pensando en hacerle un contrato de 10 minutos, ¿qué le parece?.
- Bien. Pero hablemos primero de las vacaciones.
- Muy gracioso. Mire, aquí en mi empresa estas son las normas: Por la mañana, cuando llegue, se arrodilla ante mí y recibirá el escupitajo de rigor. A la hora de comer no coma, que luego viene todo eso del colesterol y tal y cual, así que prohibido parar. A las 5 es la hora de los latigazos. Y a las 10 de la noche barra y friegue mi oficina antes de irse. Y el váter también, que últimamente tengo diarrea de las borracheras que trinco y no vea usted. Por cierto, los sábados y domingos también toca. A propósito ¿cómo se llama usted?.
- Puede llamarme Kunta-Kinte si quiere.
- Muy bien, Manolo, le auguro un prometedor futuro.
- ¿ Existe algún uniforme de trabajo?.
- No, aquí se viene en pelotas. No quiero distinciones, todos iguales. El respeto jamás debe perderse.
- ¿Y cuándo empiezo?.
- Ya mismo. A ver, bájese los pantalones que le voy a dar mi más cordial bienvenida.
- ¿Es necesario?.
- Ya te digo, payo.
Malcom Pañero y Kate Kista (2009)
Este es el proceso de contratación de mis asesores. ¿Tiene micrófonos en mi despacho hueval? Esto es alta traición. Pero usted me cae bien, le perdono.
ResponderEliminarNos alegramos profundamente de que nos perdone. Lo último que quisiéramos en esta vida es una bronca con Schwarzenegger. El sentido común nos dice que sólo te pelees con los más débiles. Y así lo haremos.
ResponderEliminarjajajajajaj
ResponderEliminarbuena entrevista de trabajo, par de amargados...
jajajaja
se la voy a mandar a un amigo que trabaja en recursos humanos para que vea que con dulzura no se contrata!!!
saludos!!!
La verdad es que el aspirante ha tenido suerte. Un contrato de 10 minutos y sin cobrar es el sueño de cualquier persona.
ResponderEliminar- Igual que yo. ¿Tiene novia, novio o ambas cosas?.
ResponderEliminar- Ambas cosas, yo es que le pego a todo (de hecho tengo varias denuncias por malos tratos).
Juaaassssssssssssss, me vienen requetebién unas risotadas hoy. ¿Cuánto es? ¿Aceptáis tarjeta de crédito? No las envolváis, me las llevo puestas.
Besazossssss
Ana
No, Ana, no te vamos a cobrar. Esperamos que dentro de no mucho seas colaboradora nuestra. Así que tenemos que tratarte bien.
ResponderEliminarPor cierto, ya te haremos la entrevista. Estudia bien el esquema (debes venir afeitada, no cobrarás, no tendrás ningún derecho...).