martes, 13 de julio de 2010

La caravana del amor





11 comentarios:

  1. Jajaja, mira que había oido profesiones raras, pero catador de semen no se me había ocurrido.
    Muy buenos el de estirar las piernas y el de los mil pedazos, ni estiran las piernas, ni se pueden contar los pedazos.

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  2. Lo mismo, yo también hago estiramientos pero nada, todo sigue igual, no sé sinceramente como lo hace Nacho Vidal, no me lo explico.

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  3. Julio-jagdo: La profesión que sí existe es la de oledor de sobacos. Son tíos que trabajan para fabricantes de desodorantes. Y te aseguro que al principio yo tampoco me lo creí. Me sonó como aquello del sacapuntas para espárragos...

    Miguel Ángel: A lo mejor es porque no has estirado con el suficiente convencimiento. A estas cosas hay que ponerle ganas, mala leche. Ya me entiendes. O todo o nada.

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  4. el tercero, el tercero es el mejor jajaj

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  5. jajajajajajajajaja

    yo tambien seguido voy a estirar las piernas...jajajajaja y si regreso con los
    mismos tamaños

    oye pero que terroristas tan mas tontos...seran de mexico...jajajajajaja

    saludos

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  6. Creo que otras veces triunfaron en lo del banco de semen. De ahí toda la cantidad que hay hoy en día de gente con horchata en vez de sangre.

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  7. si que es cierto! el de la horchata es genial!

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  8. Algarrobo: El catador de semen ha sido el organizador de este año de La Caravana del Amor. Todo le pasa a él. Pobre bicho.

    P'Pito: Es que los edificios o los vuelas en mil pedazos o no vale. EL resto son chapuzas, que luego al contar los trozos te pueden salir decimales y nada cuadra. Eso no puede ser.

    Kermit: Si Darwin resucitara vería que esto de la evolución se ha convertido en un jodido circo que sólo crea gente deforme que termina escuchando música de Bustamante.

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  9. Lo peor de todo fue lo que le pasó a uno de nuestros corresponsales, Mauro, que fue a estirarlas y acabó encogiendo. Acto seguido le atropelló un camión y acabó siendo devorado por nutrias. Una pena, la verdad

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  10. Vitoria y alrededores: Siempre al pie del cañón, cosa realmente meritoria sobre todo si consideramos que los cañones no tienen pies.

    Enviado Especial: Y lo peor de todo es que nadie se enteraría, ya que él era el encargado de dar la noticia, claro.

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