A mi pasó lo mismo en la frontera de Ceuta hace años, paré a orinar...y se dieron cuenta que lo que llevaba no era europeo...menos mal que pude salir corriendo y refugiarme entre la turba, ayudó en mi huida unos libros que había comprado en un mercadillo y que se deshacían, varios agente cayeron por medio de una gigante O mayúscula. Menos mal que me escondí en un supermercado extraño que había entre unos pedrúscos, había una extraña pareja que regentaba el negocio y un pequeño niño al que llamaban Policuérnago o algo así...que estrés de día :-D Salu2
Hola Novelda, veo que seguís con buen humor... Eso es bueno. ¿Dónde está ese supermercado? A cuantos nos encantaría que se cayeran las letras pero no de los libos sino de las facturas. Un abrazo
Julio-jagdo: Yo les daría la cabeza y me iría luego al supermercado ese para cabronazos. Seguro que allí puedes conseguir otra a precio tirado.
Markos: A mí me pasó algo parecido un día que fui a Stonehenge. Me llevé un piedro de esos en el bolsillo, pero me trincaron en la aduana. Al final partimos el canto en dos y la mitad para cada uno. Si al final todo es apañarse en esta vida.
A.L: Es que los del supermercado son tan cabronazos que tampoco dicen dónde coño están. Estamos arreglaos.
No entiendo lo de ese chico, si tiene que dejar la cabeza que la deje y punto...hay cada uno que no sabe respetar la normativa de cada país... y eso está pero que muy mal... no se a donde vamos a llegar a este paso.
Que hay de nuevo chicos.
ResponderEliminarComo siempre geniales.
Ahora bien, habría que ver que cabeza es la que le piden a Ramón, creo que la chica tiene razón.
A mi pasó lo mismo en la frontera de Ceuta hace años, paré a orinar...y se dieron cuenta que lo que llevaba no era europeo...menos mal que pude salir corriendo y refugiarme entre la turba, ayudó en mi huida unos libros que había comprado en un mercadillo y que se deshacían, varios agente cayeron por medio de una gigante O mayúscula. Menos mal que me escondí en un supermercado extraño que había entre unos pedrúscos, había una extraña pareja que regentaba el negocio y un pequeño niño al que llamaban Policuérnago o algo así...que estrés de día :-D
ResponderEliminarSalu2
Hola Novelda, veo que seguís con buen humor...
ResponderEliminarEso es bueno. ¿Dónde está ese supermercado?
A cuantos nos encantaría que se cayeran las letras pero no de los libos sino de las facturas.
Un abrazo
Julio-jagdo: Yo les daría la cabeza y me iría luego al supermercado ese para cabronazos. Seguro que allí puedes conseguir otra a precio tirado.
ResponderEliminarMarkos: A mí me pasó algo parecido un día que fui a Stonehenge. Me llevé un piedro de esos en el bolsillo, pero me trincaron en la aduana. Al final partimos el canto en dos y la mitad para cada uno. Si al final todo es apañarse en esta vida.
A.L: Es que los del supermercado son tan cabronazos que tampoco dicen dónde coño están. Estamos arreglaos.
Donde narices han abierto ese supermercado que les pediré la cinta de videovigilancia
ResponderEliminarPues si que son unos cabronazos, tienen los precios mas caros que el Mercadona
ResponderEliminar¿Cómo se apegan las letras? ¿Dándoles cariño, amor, apego...?
ResponderEliminarBuenas noticias, si Señor.
No entiendo lo de ese chico, si tiene que dejar la cabeza que la deje y punto...hay cada uno que no sabe respetar la normativa de cada país... y eso está pero que muy mal... no se a donde vamos a llegar a este paso.
ResponderEliminarAlgarrobo: Dicen que sólo lo sabe un municipal que le llaman Policarpo. Él te guiará.
ResponderEliminarJordi: Por eso el supermercado es de cabronazos, por eso.
Visto desde atrás: No, coño no. Dándoles pegamento por detrás y ya está. Parece mentira.
PiroMiguel: Pues claro, hombre. Si el tema es de cajón. Lo que no sé yo es lo que harán los polis con la cabeza. ¿Jugarán a los bolos?.