miércoles, 12 de agosto de 2009

El enigmático misterio de las pollas naranja



“Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad”. (Film Gladiator, año 2000)


Lugar de los hechos: Novelda, 20 años antes del carril-bici.

Aunque muchos de vosotros no lo sepáis, hace 20 años ocurrieron en Novelda unos hechos realmente asombrosos que a punto estuvieron de cambiar el orden mundial.

Sin razón aparente varios ciudadanos novelderos se dieron cuenta un día al levantarse que sus penes eran de color naranja fosforito. Al principio se sospechó de cualquier cepa de virus del tipo sexual o venéreo. Los médicos descartaron de inmediato esta hipótesis, aunque reconocieron no haber visto jamás nada semejante. Tal vez se tratara de alguna clase de envenenamiento. Incluso se plantearon teorías sobre terrorismo internacional.

Aún recuerdo una conversación entre 4 viejas criticonas en la puerta de la iglesia de San Roque:
- Eso les pasa por no ir a Misa.
- Pues yo creo que todo son tonterías para no ir a trabajar, atajo de vagos y maleantes.
- Lo que sucede es que no se han cambiado los calzoncillos en 6 meses, y claro, pasa lo que pasa. (Aunque yo llevo las bragas del luto de mi marido hace 8 años y todo va perfecto).
- Seguro que es una maldición del demonio.

Y acto seguido se santiguaron las 4 y se fueron calle abajo rajando contra todo bicho viviente y muriente, como siempre.

Y por increíble que esto pueda parecer, la hipótesis demoníaca fue la que más cuajó entre la población. Novelda se llenó de exorcistas, santeros, chamanes, matasanos de toda calaña y de algún que otro carterista que aprovechó la coyuntura.

Recuerdo un exorcismo que presencié en la Plaza Vieja (que por entonces no lo era tanto). Estaba el tío en pelotas tumbado boca arriba, enmedio de un círculo formado por 12 paellas, y el cura intentando extraer al demonio del nabo del fulano, jamás lo olvidaré.

También llegaron a Novelda científicos de todo el mundo, Matatxingorria incluida, atraídos por tan inusual fenómeno. Todos los afectados tenían 2 características comunes: eran hombres y vivían cerca de algún kiosko. Por eso se le llamó al caso “El virus del kiosko”.

Todos los kioskos fueron inmediatamente registrados por la policía y los detectives con modernas técnicas antibacterianas y antimicrobianas. Parte de la población quiso que se quemasen todos los kioskos, aunque al final esto no se llevó a cabo. No se halló nada extraño en ningún kiosko, excepto algunos chicles mordidos y cientos de piruletas chupadas. Lo normal, vaya. Así que el FBI cerró el caso y acto seguido se fueron todos de putas.

Pero la OTAN no estaba dispuesta a dejar el asunto en el aire y envió un escuadrón de 3.500 carros de combate, ocupando la ciudad en el acto y declarando de inmediato el Estado de Sitio. La amenaza al orden universal lo requería. A mí esta medida me pareció francamente muy acertada.

El Alcalde de turno pensó que, por aquello de promocionar el producto local, tal vez los afectados se pusieron azafrán en sus rabos intentando crear tendencia social, pero no. O tal vez los tíos se habían acostado con una botella de butano y de ahí la coloración, pero tampoco.

La ciudad estaba sumida en un tremendo caos: tanques patrullando, exorcistas hasta en los váteres públicos, científicos tomando pruebas y análisis, aquello parecía el fin del mundo, el Armagedón iba a ser cosa de novelderos. Y lo peor de todo es que se continuaba sin saber nada sobre el origen del problema.

Y mientras tanto, y ajenos a todo lo que ocurría en las calles, varios novelderos anónimos ya habían acostado a sus hijos y se disponían a ver una peli porno con una bolsa de Cheetos al lado. Mañana el virus sería mucho más grande.

Dann Porsaco (2009)

8 comentarios:

  1. Es que para esas cosas ya hay que tener el estómago lleno, hombre.

    ResponderEliminar
  2. Hay una verdad subyacente y digna de estudio. A los faquires comedores de cristales rotos, no les gusta el porno... :-D
    Salu2

    ResponderEliminar
  3. Tanhäuser: Será eso, el caso es que el virus se extendió mucho y afectó a la tercera parte de la población. Todo un drama. Lo bueno es que muchos ni se enteraron.

    Markos: ¿Por qué no?. Tal vez la digestión de los cristales les quita las ganas. Desde luego es digno de estudio, pero que lo estudie otro, yo no.

    ResponderEliminar
  4. Esta historia demuestra lo malo que es mezclar el onanismo con la alimentación. Bueno, de hecho, lo malo que es mezclar el onanismo con cualquier cosa (como por ejemplo el bricolaje, o la acupuntura, o el submarinismo en aguas infestadas de tiburones). Nada como el sofá de casa y las persianas bajadas.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Lo único que yo veo claro es que los Cheetos pringan mucho. Tal vez por eso siempre mi madre me obligó a comerlos con guantes. Ahora lo entiendo todo, tan sólo me prevenía de malditos virus.

    ResponderEliminar
  6. Enric, en el sofá lo podrás hacer si no vives con tu madre o con la parienta. Me pillan haciendo eso en el sofá y se me pone naranja a mí también... Naranja tirando a verde, porque me la cortan y se hacen un llavero.

    En cuanto a lo de la pregunta del verano, pues vosotros mismos la habéis contestado arriba: “Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad”. Si el condenado va y coge el Sida en el momento de su defunción, va y lleva el Sida al otro barrio, y no veas qué berenjene, San Pedro le da de hostias hasta que diga el salmo 121 de memoria sin ni siquiera haberlo leído. Salutem... o como se diga.

    ResponderEliminar
  7. Nada como tus respuestas extraplanetarias para salir de dudas sobre cualquier tema.
    Por cierto, y aprovechando que eres de otro planeta, ¿de qué color la tienen los marcianos? (si es que tienen, claro).

    ResponderEliminar
  8. Que me dice el alienígena que os diga que sí que tienen. Y que es de color rosa con florecitas azules. Así la tienen los machos heterosexuales. Los homosexuales (que también hay allí de todo) la tienen más discreta a rombos negros y marrones como los calcetines de los hombres serios y aburridos de la Tierra.

    Es por esto que el turismo absurlandés en la Tierra es tan escaso. Hay muchísimos equívocos y malentendidos por culpa de este tonto capricho de la naturaleza que es una jodíaporcula bromista en toas partes. (Palabras textuales suyas, eh?)

    Besis (estos sí son míos)

    ResponderEliminar